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Por Fundación Rukawe

No podemos hablar de la situación de las personas migrantes en Chile sin primero remontarnos a la región y los motivos por los cuales se ha generado la migración.

Por hoy, Latinoamérica se encuentra sumida en una crisis económica estructural y transversal, donde algunos países pueden enfrentar la crisis un poco mejor y otros se encuentran en situación de crisis humanitaria.

Por otra parte, existe un discurso internacionalizado durante años, que señala a Chile como un país de oportunidades, donde emprendedores y la gente de esfuerzo puede salir adelante en base al mérito personal. Nada más alejado de la realidad. Lo más cercano a este relato, es que en el país hay bajo desempleo, sin embargo, los sueldos actualmente se encuentran devaluados. Hay pega, lo que no hay es plata. Es posible que otra impresión pueda haber quedado de la migración de personas venezolanas profesionales, quienes, a pesar de ser precarizados frente a sus pares chilenos, tienen un mejor vivir que otros sectores de la clase trabajadora en Venezuela y Chile.

En este escenario, es que las personas migrantes han llegado a un país en donde son un sector vulnerable y precarizado de la clase trabajadora.

Respecto a la situación de la vivienda, muchas personas migrantes se han visto en la obligación de irse a vivir a campamentos. Esto es tan agudo, qué el MINVU en su Catastro Nacional de Campamentos 2022, manifestó que las familias migrantes que viven en campamentos, demoraron tan solo 3 años en llegar a ellos. También, reportaron que actualmente 40% de las jefaturas de hogar en campamentos son migrantes, lo cual representa un aumento de 3.233% respecto al 2011 (1,2% de jefaturas migrantes).

Las mayores concentraciones de migrantes habitando campamentos se encuentra, en orden descendente, en la Región Metropolitana (31%), Arica y Parinacota (27%) y Antofagasta (24%). Esta distribución no es aleatoria, sobre todo si consideramos que destaca la migración haitiana en la Región Metropolitana. Los motivos son claros, estas 3 regiones son centros productivos importantes del país, con supuesta capacidad de absorber laboralmente a migrantes y, además, dos de ellas se encuentran cercanas a los lugares de ingreso migratorios.

Claramente, la solución no se encuentra en atentar contra los DDHH restringiendo la movilidad humana, ya que, además de ser inhumano, solo creará mayores riesgos para quienes migran sin detener el flujo. Por lo tanto, existe una necesidad concreta de crear y modificar políticas públicas para universalizar y aumentar coberturas. De lo contrario, y teniendo en cuenta el aumento de campamentos, seguiremos avanzando hasta un punto de crisis humanitaria.

Algunas personas podrían argumentar que no existen recursos para llevar a cabo tales acciones. Sin embargo, luego de observar el escándalo de los terrenos fiscales en venta de las FFAA, el derroche de dinero del proceso de casas COPEVA, el aumento de precio de viviendas debido a especulación del negocio inmobiliario y la reticencia del Estado a entregar subsidios ya presupuestados, es dudable que no se pueda hacer algo mejor.