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CRÓNICA

ESPECIAL PARA PRIMERA LÍNEA PRENSA POR VÍCTOR MALUK MANZANO

 

El título de este artículo quizá pueda provocar sorpresa, cuando no indignación, en quienes están acostumbrados a informarse a través de los medios de comunicación masivos, casi todos ellos controlados por los poderes transnacionales que intentan dominar el mundo para establecer un gobierno  universal funcional a sus intereses. Intentaremos demostrar que es el más adecuado para representar lo que ocurre en Siria.

 

Para ello es necesario entregar algunos antecedentes históricos y precisar el contexto en que se van desarrollando los acontecimientos que conducen a la tragedia que hoy vive este pueblo.

LA HISTORIA :

El territorio de la Siria actual, así como el de todo el Medio Oriente, disfruta de una ubicación geográfica privilegiada, cruce entre tras continentes y paso obligado de todos los pueblos de la antigüedad: sumerios, asirios, cananeos, fenicios, arameos, griegos, romanos….

Es en esta región donde surgen la primeras civilizaciones, donde se desarrolla la agricultura, nacen los primeros alfabetos, las primeras monedas, las religiones monoteístas que hoy son mayoritarias…

Para enfatizar esta afirmación nos bastan dos ejemplos:

  • En el año 1274 AC se produce en su territorio la famosa Batalla de Kadesh entre los hititas (provenientes de lo que hoy es Turquía) y los egipcios por el control de la región.
  • El intento de conquistar Jerusalén de las sucesivas Cruzadas, requirió previamente la toma de Damasco (actual capital de Siria y la capital más antigua aún existente). La reconquista en el siglo XII de dicha ciudad por el militar musulmán Saleh-ad-din, también requirió de apoderarse primero de Damasco.

El primer antecedente de precisión territorial se remonta a la conquista romana que estableció la provincia siria en el año 64 AC y que abarcaba el actual territorio y los de Palestina, El Líbano, Jordania y la provincia turca de Antioquía.

Posteriormente, en el siglo V, estos territorios pasaron a formar parte del Imperio Bizantino, el imperio romano de Oriente.

 

En el año 613, Muhammad (Mahoma), un rico comerciante de la Mecca, comenzó a proclamar que había recibido una revelación divina que lo convertía en un nuevo profeta. Su mensaje encontró fuerte resistencia entre algunas tribus de la ciudad por su intento de reglamentar las rutas de las caravanas de camellos y por su combate al paganismo dominante por entonces. Todo ello provocó su huída (Hégira) de La Mecca  a Medina. Con el tiempo Mahoma empezó a convocar más y más adeptos, terminando por derrotar a las tribus rebeldes de la península arábiga y a cimentar una nueva religión: el Islam. A su muerte, sus seguidores más cercanos nombraron a sucesivos califas encargados de guiar a los fieles y dirimir las contiendas. Ellos reunieron las revelaciones que Mahoma les había transmitido oralmente en un texto, el Korán, que, además de  su mensaje religioso, contenía la ley y la fuente del idioma árabe.

Los cuatro primeros califas (“los bien guiados”) emprendieron la conquista de todo el Oriente Medio, buena parte de Persia y Egipto. Tras el asesinato del último de ellos, Alí, yerno de Mahoma, se produce una guerra civil de la que surgen varias corrientes, siendo las más importantes la de los sunnitas y la de los chiitas. Como resultado de ella resulta triunfante  la familia de los Omeyas que establece el Califato de Damasco. Esta dinastía, continúa la conquista del norte de Africa, el Cáucaso, e importantes zonas del sudeste asiático como Afganistán, Paquistán e Indonesia. También es esta dinastía la que conquista España, Al-Andalús, estableciéndose el Califato de Córdoba.

Es preciso señalar que el Islam no fue un imperio en realidad y gran parte del poder en los territorios conquistados quedaba en manos de gobernadores locales, que no imponían la conversión de los pueblos, sino más bien les imponían el pago de tributos destinados a mantener el Califato. Ello fue una constante fuente de luchas y revueltas. No había delimitaciones territoriales dado que, desde Mahoma, la  fuente de la identidad era la “umma”, la comunidad de los creyentes.

Tras el ocaso de los Omeyas, el centro de poder se traslada a Irak creándose el Califato de Bagdad, bajo el dominio de los Abásidas. Finalmente y hacia mediados del siglo XV, los turcos otomanos conquistan Constantinopla (hoy Estambul) y establecen su dominio sobre la mayoría del mundo musulmán, incluido Siria.

Durante la Primera Guerra Mundial, se desata la rebelión árabe contra el Imperio Otomano encabezada por Hussain, Sharif de la Mecca, con el objetivo de crear un estado árabe independiente desde Aleppo, Siria, hasta el Yemen en la península arábiga. Este cuenta con el supuesto apoyo británico. Uno de sus oficiales, T:E:Lawrence (Lawrence de Arabia) participa directamente en la rebelión.

Pero, paralelamente, la corona británica y el gobierno francés, establecen un acuerdo secreto en 1916 para repartirse la región, el tristemente célebre Acuerdo de Sykes-Picot –por el nombre de los ministros que lo celebraron – y en 1917, la corona británica ofrece a los dirigentes del sionismo internacional la Declaración Balfour a través de la cual se compromete a apoyar la construcción de un “hogar nacional” para los judíos en Palestina a cambio de su apoyo financiero para solventar los gastos que generaba la guerra.

Tras el triunfo de los aliados sobre los imperios otomano y austro-húngaro, ingleses y franceses se reparten los restos del primero de ellos creando nuevos países guiados por un reparto equitativo entre ellos de zonas estratégicas y recursos naturales, sin preocuparse de que pueblos como los kurdos quedaban repartidos en varios nuevos países. Palestina queda bajo mandato británico y el Imperio comienza a autorizar la emigración masiva de judíos europeos a esta nación árabe.

Siria queda bajo dominio francés y este gobierno crea en 1922 en su territorio un nuevo país. El Líbano, con el objetivo de albergar a una minoría pudiente de cristianos maronitas que proteja sus intereses coloniales.

En 1923 se instaura la república en Turquía, encabezada por Mustafá Kemal, “Ataturk”, quien intenta replicar el modelo occidental de estado laico y liberal en lo que constituye el primer intento modernizador en el mundo islámico.

Entretanto, el agobiante dominio colonial inglés y francés sobre la región, hace surgir un ánimo independentista. Se desarrolla y crece el nacionalismo árabe. Finalmente en 1946 y ante la imposibilidad de seguir manteniendo el control sobre Siria, el ejército francés abandona el país decretándose la independencia nacional.

En 1948 y en una decisión que viola sus principios fundacionales, las Naciones Unidas decretan la creación en Palestina de dos estados, uno judío y el otro árabe. Ello desata una guerra que culmina con la apropiación sionista de una parte mayor de Palestina y el otorgamiento de Cisjordania a la administración de Jordania.

En tanto, en Egipto, el país árabe más poblado, los ingleses dejan en el poder a un rey títere, Farouk. Contra el se alza en 1952 un grupo de oficiales libres encabezados por el Coronel Gamal Abd-el Nasser. Tras vencer la resistencia de sectores retrógrados en el ejército egipcio, Nasser da origen al socialismo árabe y crea un partido, la Unión Socialista Arabe, cuyos objetivos son los de instaurar en la región el socialismo con características árabes, el estado laico, el panarabismo y la liberación de Palestina. Este proceso habría de tener enorme influencia en otros estados que intentarían seguir la huella de Nasser.

En 1955, Nasser, junto a Tito y Nehru dan forma en la conferencia de Bandung al Movimiento de países no alineados y en 1956 decreta la nacionalización del Canal de Suez lo que provoca la agresión tripartita inglesa, francesa e israelí contra Egipto.

De este modo, se establece un nuevo proceso de modernización del mundo islámico.

LA SIRIA MODERNA.:

Tras la independencia, sobreviene un período de anarquía, que incluye un corto lapso de tiempo en que  existe la República Arabe Unida (1958-1961), unión entre Egipto y Siria, siguiendo el objetivo de Nasser de unidad panárabe. Todo ello culmina con la toma del poder por el Partido BAAS Arabe Socialista  en 1962. Esta entidad política tiene como sus fundamentos el panarabismo, el laicismo y el socialismo. Desde su ascenso al poder asume emprendió las tareas de la modernización del país: la reforma agraria, la creación de escuelas y hospitales a fin de garantizar a sus ciudadanos educación y salud gratuitas, el desarrollo de infraestructura y la industrialización. En 1970, uno de sus dirigentes, Hafez Al-Assad dio un golpe de estado lo que dio origen al Movimiento Rectidicador. Gobernó hasta su muerte en el año 2000, tras haber ganado varios plebiscitos durante esos años. A su muerte, lo sucedió su hijo Bashar.

 

Es preciso notar que siempre el gobierno sirio mantuvo su apoyo a la lucha de liberación palestina lo que le implicó participar en todas las guerras libradas por la recuperación de los derechos nacionales de ese pueblo, con ingentes pérdidas materiales, humanas y de territorio y le supuso por largos años el embargo de todo tipo de bienes y servicios por parte de Estados Unidos y la Comunidad Europea, especialmente en medio de la guerra fría cuando la nación árabe estableció un tratado de cooperación y amistad con la URSS y los países socialistas de la Europa Oriental.

 

Este proceso de modernización tuvo, tanto en Siria como en Egipto la oposición militante de la Hermandad Musulmana, organización política que consideraba a estos gobiernos como herejes, portadores de ideas foráneas y antagónicos a la tradición islámica, pretendiendo reinstaurar el comunitarismo, la sharia (ley islámica) y el asistencialismo propios de los orígenes de dicha religión.

 

LA AGRESION TRANSNACIONAL CONTRA SIRIA:

 

Como ya lo hemos señalado, la relación entre Siria y la Unión Soviética se fue haciendo cada vez más estrecha, en la medida en que Occidente desarrollaba un creciente apoyo a Israel, especial pero no únicamente, en el plano militar, considerándolo su principal vehículo de intervención en frenar los procesos de liberación de los pueblos de la región, incluso más allá, en todo el Continente Asiático y el Africano.

De este modo, la caída de la URSS y el subsecuente derrumbe económico de Rusia privaron redujeron sensiblemente el apoyo en armamento, instrucción y asesoría militar y en bienes y servicios que podía adquirir en los países socialistas. Ello se vio agravado por el boicot occidental de estos recursos por el apoyo decidido a la causa palestina y su negativa a establecer relaciones con el estado sionista, como ya lo habían hecho Egipto y Jordania.

 

Por otra parte, la caída de la Unión Soviética, alentó a las transnacionales y al gobierno norteamericano a poner en ejecución su plan de Nuevo Orden Mundial, cuyos objetivos finales era la de establecer un gobierno mundial, cuyas instituciones básicas fueran el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, con el apoyo de las agencias calificadoras de riesgo, todas ellas apuntando a debilitar o, lisa y llanamente, destruir aquellos estados que no se sometiesen a sus dictados. De este modo, el rol fundamental del Estado es el de permitir el libre flujo de capitales, proteger y alentar los intereses de las transnacionales, permitiéndoles extraer las riquezas de sus territorios con seguridad e incorporar a sectores cada vez más crecientes al consumo a través del crédito.

Siendo el Medio Oriente una zona rica en recursos naturales y con una ubicación estratégica para el transporte del petróleo y otras materias primas, el Presidente Bush padre ataca a Irak, que había intentado recuperar Kuwait, emirato rico en petróleo y cuyo territorio era reivindicado por esa nación. Una vez recuperado el emirato, se impone a Irak un embargo total, permitiéndole sólo vender petróleo a cambio de medicinas bajo el control de Naciones Unidas.

En estas condiciones, el Presidente Hafez Al-Assad inició un tímido proceso de apertura económica y de captación de inversiones extranjeras. Tras su muerte en el año 2000, le sucedió su hijo menor Bashar, oftalmólogo con postgrado en Gran Bretaña, quien debió retornar a Siria tras la muerte en un accidente automovilístico de su hermano mayor Bassel.

Tras los atentados de las torres gemelas en 2001, adjudicados a una nueva organización islamista radical dirigida por Usama Bin Laden, miembro de una rica familia saludita y socio de Occidente en la lucha contra la ocupación soviética de Afganistán. Ello le da el pretexto al complejo militar-industrial norteamericano para invadir Afganistán en 2001 e Irak en 2003. Ambos estados son hoy día considerados como estados fallidos.

El objetivo final de la operación era el de rediseñar el mapa de todo el Medio Oriente y el Golfo Arabe, balcanizándolo en términos confesionales y/o étnicos. De este modo, el ordenamiento de dominación  creado por Sykes-Picot estallaría para ser reemplazado por un ordenamiento más adecuado para los intereses expoliadores occidentales de nuestros tiempos.

 

Basharprofundiza las reformas económicas, lo que le permite mejorar sus relaciones con Occidente, especialmente Europa, cuyas empresas comienzan a invertir en el país. Se incrementan sensiblemente los ingresos por el turismo, pero sectores populares empiezan a experimentar un creciente deterioro en sus niveles de vida, un alejamiento del partido de las masas y una sensación de aumento de la corrupción en su seno.

Es así como en el marco de la mal llamada “Primavera Arabe” de 2011, se desatan legítimas protestas populares pacíficas, no muy masivas, pero significativas. Aparte de la represión de estas manifestaciones el gobierno se muestra paralizado para ofrecer soluciones rápidas a las demandas populares. La situación creada es propicia para la intervención foránea, la que se manifiesta en el apoyo, desarrollo y fortalecimiento de distintas facciones armadas islamistas y algunas sin ninguna influencia real como el ejército libre sirio que sirven para legitimar un supuesto apoyo en armamento, logístico y en asesores la “oposición moderada”, el que inevitablemente cae en manos de los radicales. Es así como surge con una sospechosa rapidez el hoy conocido como Daesh o Estado Islámico de Irak y el Levante, que con una inusitada violencia y capacidad operativa se apodera de extensos territorios de Irak y Siria, pretendiendo restituir el Califato de Damasco persiguiendo volver al pasado remoto. Su irrupción implica el ingreso a esos territorios de mercenarios de noventa países, incluidos varios países de Europa Occidental, siendo apoyado, directa o indirectamente por Estados Unidos, la Unión Europea y, sobre todo, por las ricas monarquías absolutas, verdaderos enclaves feudales, de la Península Arabe. Su líder Abu Bakr Al Bagdadi habría sido instruido por el ejército israelí.

La gravedad de la situación y su potencialidad de convulsionar toda la región, indujeron a los gobiernos aliados de Irán – el enemigo principal de Occidente en la región – y de la revitalizada Rusia de Putin, a extender su participación en defensa del legítimo gobierno sirio. Mención especial merece la actuación, también determinante, de los milicianos del libanés Hezballah y de milicias de ciudadanos sirios armados para defender sus barrios y ciudades.

Todo ello ha conducido a que el gobierno sirio controle 90% del territorio y haya empezado con la ayuda de sus aliados, la enorme tarea de reconstrucción que demandará muchos años para recuperar la infraestructura destruida. Mención especial la irreparable pérdida en vidas humanas (más de 300.000) y más de cinco millones de refugiados – especialmente en los países vecinos – y desplazados internos.

Una vez acabado el conflicto en Siria – aún hay acciones terroristas en varias partes del territorio- el futuro del régimen dependerá de su capacidad de resolver las grandes necesidades de su pueblo, fortalecer cauces adecuados de participación popular y retomar el curso de justicia social que, en parte se había perdido.

 DAMASCO (SIRIA) 11/04/2017.- Estudiantes universitarios participan en una protesta frente a las oficinas de las Naciones Unidas, en Damasco (Siria). Según medios locales, los estudiantes, que protestan contra el bombardeo estadounidense a un aeródromo sirio el pasado viernes, han entregado un mensaje al responsable de comunicación de la ONU cuyo destinatario es el Secretario General, António Guterres. EFE/Youssef Badawi

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