El partido de ultra-derecha alemán Alternativa para Alemania (AfD, en sus siglas nativa), cercano al nazismo, sacó este domingo 24 de diciembre 13% de los votos válidamente emitidos, lo equivaldría entre 86 y 89 diputados para un nuevo parlamento liderado por cuarta vez consecutiva por el demócrata-cristiana Angela Merkel.
Alternativa para Alemania es un partido formado el año 2013 por militantes escindidos de la Unión Demócrata Cristian (CDU) junto a intelectuales liberales de derecha. El mismo año de su fundación el partido lanzó una fuerte campaña electoral centrada en el rechazo al Euro (moneda) y a la Unión Europea, tildando a ésta incluso de “error histórico”. Sus primeros pasos se dieron en ese sentido precisamente, su propuesta más importantes fue la salida de la eurozona, en un contexto signado por la crisis económica presente en los países centro y sur europeos.
El año 2015, en el marco de la llamada “crisis migratoria”, el partido derechista alcanzó un 7% de las votaciones agitando consignas contra la migración de tinte racista y xenófobo. A partir de esta elección se produjo una importante pugna entre el sector que enfatizaba las políticas liberal-económicas en su programa y la fracción (liderado Frauke Petry, hoy fuera del partido) que ponía su acento en orientaciones ultraconservadoras y nacionalistas. El mismo año, la tendencia más conservadora ganó las elecciones internas con un 60% de votaciones, profundizándose, por tanto, las políticas racista y xenófobas, especialmente las islamófobas. El conjunto de estas políticas radicales de derecha han encontrado un fuerte apoyo social, especialmente entre alemanes profesionales y capas medias, pero también entre algunos sectores de trabajadores.
Los más destacable del avance del AfD es que por primera vez desde el término de la Segunda Guerra Mundial que un partido de estas características (filo-fascistas) alcanza cupos parlamentarios en el Bundestag. Este importante y significativo resultado electoral se suma al 21% obtenido por Marie Le Pen del Frente Nacional de Francia (en las pasadas elecciones presidenciales), con quienes precisamente ya buscan alianzas los ultraderechistas alemanas en su cruzada anti Unión Europea y en contra de la migración, sobre todo la musulmana.