Por: Joaquín Hernández (Magíster en Estudios Latinoamericanos)
¡Que buenas noticias hemos tenido para este Wiñoy Tripantu!, en este nuevo ciclo, de manos de donde siempre vienen las buenas noticias, del Gobierno del Estado. Hoy, Bachelet, con bombos y platillos, mientras hay Presos Políticos Mapuche en huelga de hambre, en donde recientemente asesinaron a dos weichafes, mientras en el Wallmapu se padece la cotidiana militarización y represión de las FFEE y el GOPE, pide perdón y anuncia medidas para la Araucanía, medidas supuestamente reparatorias, medidas que supuestamente se deberían celebrar.
En primer lugar, la siempre funesta ley del empate, la teoría de un conflicto que tiene dos partes, dos víctimas, porque más allá de pedir perdón a nombre del Estado (nada más que un saludo a la ONU, a organismos internacionales y a la comunidad mundial), dentro de las propuestas se consagra una serie de “políticas de protección y apoyo para las víctimas de la violencia ocurrida en la región”, resultado de una serie de mesas mantenidas con parceleros y con representantes de la Multigremial de la Araucanía, que agrupa a la flor y nata del extractivismo que seca y saquea las tierras del Wallmapu. Proteger al ocupante, al usurpador ¡vaya forma de pedir perdón, señora Bachelet!
Otra propuesta aberrante es el Fondo de Forestación. Todos fuimos testigos de las consecuencias de los monocultivos de pino y eucaliptos con los incendios en la zona centro sur durante el reciente verano. El modelo forestal, amparado en el Decreto 701 -el cual sin haber sido renovado, sigue existiendo-, es la economía de la pobreza, de la pauperización, de la destrucción de espacios sagrados. Pero no, en este gesto bondadoso de perdón Bachelet no retrocede ni un paso, y propone que los mapuche también deben participar del negocio forestal, para plantar pinos y eucaliptos subvencionados por el Estado. Me pregunto ¿Quién comprará esa madera? ¿Quién procesara esa madera para hacerla celulosa? Al final de cuentas, quienes se beneficiarán de todo serán los Matte y los Angelini, esos a quienes realmente le rinde cuenta el Estado de Chile.
Nada de eso, la lucha es por autodeterminación, por liberación, por el fin de la militarización y la ocupación. Mientras no pase eso, todo perdón, toda propuesta, es pura challa.
El resto de las propuestas económicas son parte de lo mismo, de potenciar un desarrollo capitalista, extractivista y neoliberal, nada bueno para el Wallmapu, solo fomentar la ocupación, la dependencia, la inversión de los capitalistas.
¿Pero hay algo bueno en toda esta serie de propuestas?
Se proponen cambios más estructurales de reconocimiento, pero ¡adivinen! Condicionados a la Nueva Constitución, a esa que sabemos que es una mascarada, una puesta en escena para despejar a futuro toda duda de una constitución ilegítima ¿Habrá real reparación? Cuesta creer que ese proyecto constituyente, cada vez más cercenado y con cada vez menos interés e iniciativa de ser impulsado por el gobierno, logre dicho cometido.
¡Pero si hay una gran noticia!, como si con este gesto se solucionara más de 100 años de opresión, explotación, exterminio -¡dejemos de hablar de 500 años para culpar a los españoles señora Bachelet, el estado chileno es el responsable!-, la presidenta ofrece un ¡feriado!, si, leyó bien, un feriado el 23 de junio conmemorando a los pueblos originarios. Seguramente Matías Catrileo, Alex Lemun dieron sus vida por un feriado. Seguramente los Presos Políticos Mapuche viven en condiciones infrahumanas en las cárceles del Wallmapu por un perdón que no es más que papel, y un llamado a la calma a la comunidad internacional. Seguramente la CAM se organizó para participar junto a los Matte y a los Angelini en el negocio forestal, y verse obligados luego a venderles la madera y sus subproductos a ellos. Nada de eso, la lucha es por autodeterminación, por liberación, por el fin de la militarización y la ocupación. Mientras no pase eso, todo perdón, toda propuesta, es pura challa.