Dentro de las jornadas conmemorativas que se realizan a principios del mes de febrero en Neltume, el programa comprende diferentes actividades que tienen como objetivo, además de rendir un homenaje a los combatientes caídos, el de recoger las enseñanzas históricas de las luchas llevadas adelante en dicho territorio, en distintos momentos y contextos, ligándolas con las luchas actuales que se están desarrollando, transformándose, de esta manera, el recuerdo de los combatientes populares en un ejercicio de Memoria Viva.
Durante la segunda de las tres jornadas programadas para los días 1-2 y 3 de febrero de 2019, se realizó un encuentro denominado “ESTRATEGIAS Y VISIONES SOBRE CONTROL TERRITORIAL FRENTE AL ECTRACTIVISMO Y DESPOJO TERRITORIAL Y ANCESTRAL HACIA EL PUEBLO MAPUCHE Y NO MAPUCHE”, en el que participaron representantes de la Corporación Quechumalal”, del Parlamento de Koz Koz, del Comité Memoria Neltume 81 y de la organización Barrio Intercultural, de la localidad argentina de San Martín de los Andes. Como planteó Angélica, Presidenta del Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume, en cuyo local se realizó este Conversatorio, “la idea es conversar sobre temas contingentes que están presentes en este minuto en nuestras localidades, en nuestro territorio.”
Por otro lado, la compañera Anita, integrante del Centro Cultural Museo y Memoria de Neltume y conductora de esta actividad, durante la introducción y en parte de la presentación de este Encuentro, manifestó:
“Nosotros como Museo, en el trabajo comunitario que se hace, buscamos generar diálogos entre las personas que frecuentan estos espacios, entonces la intención de este Conversatorio, y de los que ha habido antes, está en función de que podamos dialogar, conversar, intercambiar puntos de vista. La idea es que a través de las experiencias que nos van a presentar podamos tener una línea de trabajo en función a la visión y las estrategias de cómo podemos generar control territorial a través de las reivindicaciones que se están llevando adelante hoy día.
Este control territorial, por supuesto, va de la mano con lo que tiene que ver con el poder popular, ya sea en las poblaciones, en el mismo campo, en las comunidades, y también tiene que ver con la autodeterminación de los pueblos. Hoy día no solo toca el aspecto del Pueblo Mapuche, sino que también hay una línea que se puede trabajar como pueblo pobre chileno, o como pueblo pobre latinoamericano (…) Las reivindicaciones del pueblo mapuche y del pueblo pobre en nuestros territorios nos marcan la línea en cuanto a las reivindicaciones de las luchas del bajo pueblo, del pueblo pobre del campo y del pueblo pobre de la ciudad, donde se pone nuevamente en cuestión el acaparamiento de la tierra y sus recursos, así como también se vuelve a implementar, por parte de los que quieren reivindicar, la acción directa.
Comprender que la historia nos ha demostrado que las luchas del pueblo por recuperar la tierra y sus riquezas, en el ámbito ancestral, ha dado paso a la experiencia del control territorial, que de una u otra forma da cuerpo a la idea de poder popular.”
Luego de dar por iniciado el Conversatorio o Trawün, la compañera Anita fue ofreciendo la palabra a los representantes de las diferentes organizaciones populares presentes. En primer lugar hicieron expusieron dos integrantes de la “Corporación Quechumalal”, Jaime y Daniel, dando a conocer el camino de lucha que están impulsando para recuperar el territorio del cual fueron despojados. En parte de sus intervenciones expresaron:
“Como Corporación Quechumalal nos hemos constituido hace cuatro meses. Nos costó mucho encontrar una legislación para organizarnos, pero logramos y bajo la Ley 20.500 estamos constituidos. Un año atrás estuve estudiando este tema de la manera en que fuimos despojados del Complejo Maderero. En Quechumalal actualmente tenemos mil socios, que han vivido en Quechumalal, que salimos de niños, ya que quienes formaron Quechumalal fueron nuestros padres y en memoria de ellos y de nuestros abuelos vamos a luchar por algo que estamos en este momento en la pelea. Sabemos que no es fácil. Es como pelear con Goliat, pero tenemos mucha información y tenemos muchos derechos (…) Muchos fundos ya se están organizando y hemos podido lograrlo (…) Hay más de 3.000 socios de distintas Corporaciones que se han ido formado en los fundos Enco, Puñir, Toledo, Chan Chan, nosotros en Quechumalal y además Arquilhue que se está constituyendo ahora, para poder recuperar lo que nuestras familias perdieron (…) Por eso estamos en la lucha ahora. Estamos dando los primeros pasos, legalmente, jurídicamente, aquí no se trata de usar la violencia como fueron tratados nuestros padres, sino que queremos hacerlo en forma pacífica, hasta donde se pueda.
(…) Como dijo mi compañero, esta es una lucha entre David y Goliat. Ustedes saben que el poder del dinero y de la fuerza está por sobre todo. Nosotros no tenemos el poder del dinero, pero tenemos la verdad y la dignidad para hacerlo. Quiero agregar un dato que no es menor, la superficie del fundo Quechumalal es de 14.406 hectáreas, que en estos momentos están en poder de los Luksic.”
Toledo, Enco, Puñir, Chan Chan, Quechumalal y Arquilhue formaron parte del Complejo Forestal y Maderero Panguipulli y son los sectores que están organizados para emprender caminos de lucha en contra del despojo y por la recuperación y el control territorial de estos espacios que hoy se encuentran en manos de particulares, pero como plantearon los integrantes de la Corporación Quechumalal, otros sectores se están organizando y se ir sumando a esta batalla. Esto demuestra que en el inconsciente colectivo, en la memoria popular, sigue vivo el extraordinario período de los tres años de funcionamiento del Complejo Forestal y Maderero de Panguipulli durante el gobierno del Presidente Salvador Allendeen, época en que la empresa maderera estuvo bajo control obrero y popular, siendo los trabajadores junto con sus familias dueños de su propio destino. Como ha relatado José Bravo, militante del MIR y protagonista de dichos sucesos:
“Creo que esta historia que sucedió acá es como un ejemplo de unidad, de estudio, de aprender y de decidir. Acá en el Complejo los trabajadores en esos casi tres años fueron felices, vivían felices, porque acá hicimos la revolución, porque echamos a los patrones , terminamos con la sociedad capitalista y después los trabajadores pensaban como mejorar su vida, que era la vida de todos los trabajadores acá. Aquí se vivió en forma práctica el socialismo en esa época”
Después de la presentación hecha por los representantes de la Corporación Quechumalal, fue el turno de Ibar Leiva, miembro del “Comité Memoria Neltume 81”, sobreviviente del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro, quien expuso una serie de argumentos relacionados con el uso de todas las formas de lucha, en donde, como el mismo explicitó, “la guerrilla tiene un puesto fundamental cuando se trata de conquistar la liberación como pueblo”. En parte de su exposición relató:
“Cuando me invitaron a exponer en este panel me cuestioné algunas cosas, porque el espacio de este Conversatorio tiene que ver con las experiencias que se están viviendo en torno a este territorio, entonces me parecía que insertar el tema de la experiencia de lo que ha sido la guerrilla en estas montañas, quizás no tenía que ver mucho con la contingencia, pero sin embargo me convencieron fácilmente cuando me dicen que es una experiencia que pertenece a este territorio y que, por lo tanto, es bueno que la gente lo maneje. Además estoy convencido de que la guerrilla es una herramienta que está disponible para la lucha de los pueblos de todo el mundo. No es un tema privativo de esta región no más, sino que a través de la historia hay enormes experiencias al respecto, y por lo tanto es un tema que en algún momento pudiera ser también parte de este proceso de recuperación de territorio en el cual muchas organizaciones están empeñadas (…) Dentro de las tareas que me tocó cumplir dentro del MIR está el ser participante y hoy día sobreviviente de lo que fue el Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro en el año 81, en las montañas que podemos ver a nuestras espaldas. Posteriormente de aquellos sucesos, convoqué a la conformación del Comité Memoria Neltume 81 con la idea de recoger toda esta experiencia, a partir del cual desarrollamos distintas actividades, que comenzaron con la instalación del Memorial que está a la entrada del pueblo, un libro también y lo que se ha trasformado ya en un rito que es nuestra visita al lugar del Campamento y recientemente la instalación del Sendero de la Memoria (…) En respuesta al golpe militar del año 73 aquí en Neltume un grupo de compañeros se enmontaña, con la intención de armar la guerrilla, intento que no fructifica, por la acción del enemigo y los desencuentros propios de la falta de un plan concordado con anterioridad. En el año 1979 se estructura un proyecto guerrillero denominado Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro, a cargo del compañero Paine, miembro del Comité Central del MIR, y cuyo principal objetivo era la instalación de una fuerza guerrillera inicial y que en su desarrollo, daría lugar a la conformación del Ejército Revolucionario del Pueblo.”
Cabe destacar que varios de los integrantes del Destacamento Guerrillero Toqui Lautaro eran lugareños de la zona de Neltume y habían participado como trabajadores y militantes en la formación, desarrollo y funcionamiento del Complejo Forestal y Maderero de Panguipulli en el período 70-73. Después del Golpe de Estado de 1973, muchos de ellos fueron detenidos, torturados y expulsados del país, pero en el exilio, como militantes del MIR, se prepararon para retornar al país a combatir a la dictadura.
Anita, conductora y moderadora de este Conversatorio, destacó el hecho de que los procesos históricos que han tenido lugar en este territorio “no deben ser vistos como sucesos aislados que han sucedido en distintos períodos de tiempo en esta zona, sino que forman parte de un mismo proceso de lucha ininterrumpido y que hoy se expresa de distinta manera en lo que dice relación con la recuperación y el control territorial”.
Otra de las organizaciones presentes en este encuentro fue el “Parlamento de Koz Koz” y una de sus integrantes, Beatriz Chocori, fue la encargada de entregar una visión histórica del despojo territorial sufrido por el Pueblo Nación Mapuche, la lucha de Resistencia que desarrolló y sigue implementando el Pueblo Mapuche en la recuperación y el control territorial, además de dar a conocer las características y la lucha que han desarrollado como organización desde el año 2007, fecha en que se constituyen como Parlamento de Koz Koz. A continuación transcribo partes de su intervención:
“Desde hace ya 12 años hemos reiniciado un trabajo basándose justamente en la lucha por el territorio, por defensa y resguardo del territorio que hicieron nuestros antecesores, nuestros Kuifiqueche decimos nosotros. El año 1907, y algo hay de eso en la muestra del Museo, se hizo un gran encuentro en el territorio de Koz Koz, en el valle de Koz Koz, justamente porque el territorio estaba siendo amenazado por la llegada de los colonos, principalmente colonos, no hablamos del Estado todavía. Panguipulli, a diferencia de otros lugares del Wallmapu, fue de colonización tardía, porque cuando finalmente se forma el Estado chileno y se determina la anexión de lo que es el territorio mapuche al Estado chileno, donde se confabula esta pacificación que se menciona, nosotros teníamos control del territorio, teníamos un control histórico sobre el territorio.
En relación con la convivencia con la corona española, los primeros años fueron de enfrentamiento, pero finalmente el Imperio entendió que no podía contra el Pueblo Mapuche y logró establecer Parlamentos, que llegaron a reconocer, en el de Quilin de 1641, que al sur del Biobío existía el Pueblo Nación Mapuche, con sus tierras, con todo lo que eso implica. A partir de ahí esa convivencia fue relativamente tranquila, de intercambio (…) Luego, el Estado chileno finalmente se conforma, al inicio se firma el Tratado de Tapihue, en que se reconoce la existencia del Pueblo Mapuche, pero aún así, finalmente se opta por una estrategia política, económica y militar para la usurpación y la anexión del territorio mapuche al actual Estado chileno. A partir de ahí la historia de nuestro pueblo ha sido, desde antes en realidad, pero más marcadamente desde ahí, de Resistencia.
Durante la etapa del genocidio, la “Pacificación de la Araucanía”, las zonas que hoy día aparecen como zonas rojas, zonas de conflicto, que hoy día están en conflicto instalado tanto por el Estado como por las Forestales, han vivido permanentemente en esa situación, en una situación de Resistencia, de guerra podríamos decir, porque cuando el Ejército se apodera de las tierras mapuche, muchas familias fueron muertas, muchas familias tuvieron que huir, saqueada toda la economía mapuche, entonces a partir de ahí empieza el empobrecimiento como pueblo.
Ante esa situación de despojo fue que se decide realizar este gran encuentro que fue el Parlamento de Koz Koz, en 1907, donde se convocaron Autoridades Mapuche de diversos territorios, que van desde San José de la Mariquina hasta Curarrehue. Durante 4 días se reunieron en el valle de Koz Koz, tomaron ciertos acuerdos, para ver como se paraba, se frenaba esta usurpación. Todos los títulos de Merced que se entregan, que es la forma de reconocimiento del Estado al Pueblo Mapuche, a las Comunidades o a las familias mapuche en los territorios que quedaron después del despojo en Panguipulli, son después de 1907. Si bien es cierto que eso fue un avance, también fue un retroceso, porque las tierras que efectivamente poseían y utilizaban las Comunidades y las familias de este territorio eran mucho más amplias de las que finalmente fueron reconocidas. Fue una reducción de alguna manera consentida, porque era urgente tener algo con que demostrar la propiedad. A partir de ahí se frena un poco la acción de los colonos, no se termina, porque siguieron muchos casos de engaños, de otras formas de apoderarse de las tierras mapuche. Ese era el contexto de 1907, cuando se produce el Parlamento.
Nuestra organización evoca ese acontecimiento histórico 100 años después. Cuando se conmemoran los 100 años del Parlamento, y a partir del 2007 nosotros nos re articulamos como organización, por eso tomamos el nombre de Parlamento Mapuche de Koz Koz, porque nuestro trabajo está basado en ese hecho histórico y en todas las luchas que dieron los antepasados por mantener el territorio, por mantener la supervivencia del Pueblo Mapuche en este territorio.
Todos los años, a partir del 2007, hacemos el Parlamento de Koz Koz, alrededor del 18 de enero, en el mismo sitio histórico. Se realiza el Koyaktu Koz Koz. Koyaktu es la forma antigua propia mapuche de hablar de Parlamento, porque parlamento es un concepto no mapuche. Esta es una instancia para conversar, para tomar decisiones sociopolíticas y delinear las líneas de acción. Este año, después de largas conversaciones con el particular que mantenía el predio en su poder, logramos que fueran traspasadas al Parlamento, a nuestra organización, 5 hectáreas que corresponden al Sitio Histórico, como determinamos nosotros, para un trabajo a futuro de un espacio que siempre ha sido pensado con un uso colectivo del Pueblo Mapuche. Eso es un logro pequeño, pero importante, simbólico decimos nosotros, porque no soluciona para nada el problema de fondo respecto a la tenencia de la tierra.
Hoy día en el territorio existen muchas demandas, muchos procesos de recuperación territorial. Existen Comunidades que están en proceso de reivindicación de tierras. Entre las más emblemáticas y más conocida está la Comunidad de Trafún, que lleva ya 7 años en un proceso de recuperación. Ellos están reivindicando 13 mil hectáreas. Hay un proceso ahí que no está exento de una represión bastante fuerte, las Fuerzas Especiales de la policía está instalada ahí permanentemente. El fundo los ampara, los alimenta y están ahí atentos para reprimir cualquier intento de lo que ellos denominan agresión por parte de la Comunidad hacia las tierras, porque no es hacia las personas. Lo efectivo es que la Comunidad está haciendo control territorial en ese fundo, no en las 13 mil hectáreas, pero sí en una parte importante. Hoy día se ha re articulado y revivido un espacio de significación cultural, que es el espacio en donde se hacía el antiguo Ngillatun, que está al interior del fundo. Desde la institucionalidad no esperamos nada, porque hace rato que comprendimos que el Estado no tiene la voluntad de apoyar y buscar salidas que no sean solo a través de la represión cuando hay demandas de este tipo.
Ahora en este conflicto reciente y actual hay otras amenazas. Están las amenazas de las centrales hidroeléctricas, que en el sector de Trafún intentaron hacerlo, pero no lo lograron y fueron expulsadas. La central Neltume, que también terminó siendo rechazada por todo el trabajo que se hizo en forma mancomunada con las Comunidades y las organizaciones sociales no mapuche, con un objetivo común, porque finalmente los que vivimos en Panguipulli hoy día estamos más convencidos que nunca que Panguipulli es una reserva de vida, es un espacio que hay que cuidar y hay que cuidarlo entre todos. Todas las acciones que se hagan, todas las recuperaciones territoriales deben apuntar hacia eso.
Hace años que tomamos una resolución en el Parlamento Mapuche de Koz Koz, que se ratifica año a año en ese encuentro, y es que queremos que se aplique y que se tome conciencia de la importancia del carácter colectivo del territorio. Aquí la única forma de terminar con muchos males es terminar con la propiedad privada. Hoy día , si se recupera un espacio, que sea para vivir, que sea para cuidarlo, para restaurarlo, para generar actividades que sean amigables, que sean por el bien común, no sólo por el bien particular.
Además de eso, hoy día en Panguipulli tenemos las amenazas de las inmobiliarias, lamentablemente muchas inmobiliarias se han venido al territorio, están comprando tierras, por la debilidad que tiene la ley. Desafectan a la tierra mapuche, la dejan como tierra chilena, como dicen ellos y la parcelan y la venden. Hoy se están instalando en los lugares más prístinos, más hermosos que nos van quedando y muchas veces al lado de las Comunidades Mapuche. Hay varios sectores que están dando la pelea para que las inmobiliarias se retiren y para que además no hagan el daño que eso conlleva.
Nosotros como mapuche decimos que los derechos hay que ejercerlos, no hay que pedir que nos reconozcan los derechos, sino que tenemos que ejercerlos. En ese sentido creo que el Pueblo Mapuche está dando algunas luces de cómo debiera ser este proceso de recuperación y control territorial.”
Los últimos compañeros en exponer fueron dos integrantes de lo que se conoce como el “Barrio Intercultural” en la localidad de San Martín de los Andes. Los hermanos argentinos Juan y Diego, miembros de la organización “Vecinos sin Techo por una Vivienda Digna”, nos contaron la experiencia de lucha, recuperación y control territorial que han desarrollado desde hace ya varios años, experiencia que tiene la particularidad de haber logrado establecer una alianza entre las comunidades mapuche y el pueblo pobre no mapuche para alcanzar los objetivos trazados. Transcribo a continuación algunos extractos de los relatos que entregaron:
“Como organización social nacimos en el año 2004, el 19 de abril, y surgimos de una durísima emergencia habitacional que había en San Martín de Los Andes, que es Municipio Turístico, donde hay muchísimas Cámaras Inmobiliarias, Cámaras Hoteleras, Cámaras Turísticas. Toda la economía está enfocada a eso y la servidumbre, que somos nosotros, el pueblo empobrecido, quedamos marginados de los derechos y sobretodo del derecho elemental de acceder a la vivienda. Entonces nos organizamos y empezamos a marcar la agenda de que se atendiera la emergencia habitacional. Al poco tiempo que avanzamos, veíamos que nuestro petitorio era demasiado ambicioso, y si bien teníamos consenso entre algunos sectores políticos de acompañarnos, veíamos que iba a ser insuficiente. En ese momento nace la idea de ponerle a esa agenda de emergencia habitacional algún hecho novedoso, ese hecho novedoso que surgió fue crear un Barrio Intercultural en una alianza entre los pueblos originarios mapuche del lugar y los vecinos pobres de San Martín de Los Andes. Esa es la consigna que nosotros decíamos.
Esta idea la trabajamos, la fuimos defendiendo, la fuimos construyendo y para llevar eso adelante, creamos una herramienta que fue la Mesa Política Territorial del Lote 27, porque el lote 27 es donde pusimos el objetivo que teníamos que recuperarlo para el pueblo mapuche y para que sirviera para atender la emergencia habitacional. En esa alianza que construimos, comprometimos al poder político y a distintos sectores, como es el Parque Nacional Lanín ahí en San Martín de los Andes y fuimos avanzando. Finalmente logramos instalar este proyecto con mucha lucha, mucha movilización de las familias y cuando veíamos que el poder político se quedaba atrás y no nos acompañaba, organizábamos movilizaciones.
(…) Firmamos un Acta Convenio entre la organización de Vecinos sin Techo y la Comunidad Mapuche. En esa Acta Constitutiva, nosotros, Vecinos sin Techo, dice el acta, reconocemos al Pueblo Mapuche como un pueblo pre existente al Estado argentino y sujeto de derecho, y reconocemos que los territorios en donde está asentado actualmente San Martín de Los Andes son territorios que le corresponden al pueblo originario, por lo tanto le pedimos al Estado Nacional que los reconozca y les devuelva las tierras. Esa fue el Acta Fundacional del proyecto y fuimos trabajándolo hasta que finalmente pudimos instalarlo.
(…) En el Barrio Intercultural las manzanas no son cuadrículas, como estamos acostumbrados en todos los barrios, sino que las manzanas de viviendas son circulares y con una interrelación entre una manzana y la otra. Nosotros decimos que es una urbanización que tiene vida. Es una urbanización que tiene un contenido filosófico y de cosmovisión del Pueblo Mapuche.
El Barrio Intercultural, tiene que ver con un encuentro entre el Pueblo Mapuche y el pueblo no mapuche, viviendo en un espacio territorial comunitario, porque lo que hace la Ley es que le devuelve tierras al pueblo originario mapuche, son 400 hectáreas que se logran, y después en un convenio interno, la Comunidad Mapuche Curruhuinca le cede a la Organización de Vecinos sin Techo 100 hectáreas para hacer el Barrio Intercultural.
En ese barrio, que lo estamos construyendo, seguimos adelante fortaleciendo la política de interculturalidad que pretendemos construir y que va a requerir de mucho esfuerzo, de mucho tiempo, porque realmente poder avanzar en estos hechos, que por ahí son novedosos y, desde mi perspectiva, revolucionarios, se necesita de mucho trabajo, se necesita de mucha consecuencia y se necesita de mucha militancia social.
(…) Tanto el pueblo mapuche como el pueblo argentino estamos empobrecidos de la misma manera, tenemos el mismo enemigo en común, entonces tenemos que buscar la forma de unirnos, hacernos fuertes para poder avanzar en los derechos tan necesarios para tener una vida más digna y ser parte de estos lugares maravillosos donde vivimos, y que no sean solamente espacios que estén al servicio del negocio inmobiliario, turístico o, en otros casos también, como nos está ocurriendo ahí mismo en la provincia, abierto al ectractivismo que hacen las multinacionales y que empobrecen más a los pobres.”
Las distintas experiencias de organización y de lucha por la recuperación y el control territorial expuestas en este Convesatorio/Trawün realizado en Neltume, son una muestra de lo que pueden ir logrando los sectores populares y las comunidades de los pueblos originarios cuando luchan por conquistar y ejercer los derechos conculcados, sea utilizando las legislaciones vigentes o mediante la acción directa. El objetivo que se persigue, según han contado los propios protagonistas, es transformar la realidad de despojo, de marginalidad y de explotación, en una forma distinta de relación social, de carácter comunitario, solidaria, de autogestión, que busca implementar lo que los pueblos originarios denominan el Buen Vivir y que el pueblo pobre del campo y la ciudad llama Poder Popular.
Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 19 de marzo 2019